Hay investigaciones que confirman que los machistas prefieren mujeres pechugonas
Al parecer los hombres más sexistas, prefieren a mujeres con los senos más grandes, porque suelen ser más sumisas y sus protuberancias les invitan a querer procrear. Esta idea ha sido instaurada en la cultura patriarcal que ha construido un concepto de belleza adecuado a sus intereses, donde sitúa al cuerpo femenino en un simple objeto para ser contemplado.
Se nos “cosifica” y al llegar a cierta edad, se desprecia la imagen femenina si no es impecable. Un hombre de 50 o 60 las quiere, 10 o 20 años más jóvenes. Un busto con unas medidas escandalosas gusta pero no a todos los sectores masculinos. El pecho tiene un valor u otro en función del ideal de belleza “fantasiosa” que cada uno tiene sobre las mujeres, generando una gran frustración sobre las que tienen menos de una talla 95 de pecho o son rechazadas por no cumplir ese canon y terminan acomplejadas o operándose.
Es una realidad, a muchos heterosexuales e incluso homosexuales, les fascinan los senos protuberantes, científicamente existe una explicación y es la siguiente: una hormona que se libera durante la lactancia; la oxitocina, crea un poderoso vínculo entre la madre y el bebe, dicha hormona vuelve aparecer en la vida de un varón cuando le atrae una mujer, regresionando a ese recuerdo feliz y obsesionándose, por esas tetas.
Las “lolas” del Ego
Cuando te estimulan las mamas, te pones a mil y ya no te digo cuando te tocan los pezones.
En una relación sexual, si te estimulan los senos a la vez que te miran a los ojos, aderezando con el olor corporal y el tono de voz, el pico de dopamina que acompaña al placer de la relación, se disparará y ayudará a unirte más a tu pareja.
La obsesión por los pechos femeninos es un impulso inconsciente evolutivo, no lo aprendemos, viene dado de fábrica, en nuestro inconsciente colectivo y vuelve a un tío mas cariñoso y vulnerable si esta en el medio de esas dos protuberancias.
Las “lolas” gustan porque mientras se tiene sexo, el hombre al “tocarlas” aumenta su deseo sexual y dispara la hormona de la felicidad (oxitocina).
Para ellos es como: “se las toco para que me desee más y entonces yo la deseo más, entonces yo la toco más, para que me desee más, etc” y asi infinitamente.
El Prototipo actual
Si en los 80 el mito erótico era Pamela Anderson o Sabrina, la que cantaba el “boys Boys” ahora el ideal de belleza está en señoras tetonas y culonas, estilo Kim Kardashian, y con cintura de la Barbie o morros hinchados como la Yurena. Si idealizamos modelos de belleza inalcanzables, dejaremos de ser nosotras mismas, nos olvidaremos de ser autenticas, independientes o únicas y sobre todo empezaremos a estar exclusivamente al servicio de los demás.
Más de uno sueña con pechos, tetas, mamas, senos, bustos, ubres a lo largo del día, enganchados a fotos o imágenes donde se muestra un prototipo de mujer con esa parte distorsionada.
Si eres más “cazurro” te gustarán más grandes
Los hombres pertenecientes a un nivel social más bajo o muy dominados por sus instintos sexuales prefieren las tetas grandes, debido a algo primitivo que les lleva a excitarse más a observar tal fenómeno. De echo los varones más pudientes económicamente o mas inteligentes las prefieren con los senos mas modestos, ellos se suelen relacionar con modelos delgadas, eso dice un grupo de investigadores de Malasia, cuyo estudio se publicó en PLoS ONE en el 2013.
Otra investigación habla de que se les mostró fotos de mujeres con diferente tamaño de pecho a 66 hombres ingleses que tenían hambre, y a otros 58 hombres que acababan de comer. Asombrosamente, los caballeros que sentían hambre parecían tener preferencia por los senos más grandes, en comparación a los del estomago lleno.
Experimentos sociológicos realizados por toda Europa, indican que donde a mayor talla de pecho existe, mas miradas tiene una mujer, y sobre todo, propuestas para ligar.
Según otra investigación de la Universidad de Wellington, en Nueva Zelanda, a un grupo de hombres se les enseñaron fotografías de mujeres y el 80% de las miradas masculinas se dirigieron instintivamente al escote de las más voluminosas. Las zonas menos observadas de la mujer fueron: los brazos, las pantorrillas y los pies.
La feminidad esta en los ovarios
La valoración del cuerpo femenino suele ser en casi todas las culturas significativamente superior a la del hombre, tanto a ojos de la propia mujer como del entorno. Los pechos se convierten así en un instrumento de manipulación mercantil. El abuso de imágenes donde se muestra solo este tipo de estética de “pechos enormes” por todas partes, no deja más que actuar en contra del avance de la propia mujer que tiene muchas más cualidades que ofrecer al mundo que sus dos pechos. La feminidad está en el corazón y físicamente en los ovarios, útero y vagina, órganos que no poseen nuestros compañeros humanos, los varones.
¿Quieres durar más años?
Según otra investigación de Hot Topics in Hypertension, observar cada día durante al menos diez minutos pechos femeninos de gran tamaño puede aumentar la esperanza de vida entre cuatro y seis años. El razonamiento que ofrecen es que aquellos que siguen a rajatabla esta premisa tienen una mayor presión sanguínea y su corazón funciona mejor. ¿Un poco exagerado, no?.
El Reloj de Arena
La forma de reloj de arena, donde la mujer es ancha en pechos y caderas, y muy estrecha de cintura y de piernas, es al parecer la figura más demandada y atractiva para el macho humano. Este tipo de figura es muy desequilibrada, de forma natural es prácticamente imposible ser así.
Un cuerpo no adelgaza por “parroquias” lo hace por un igual, de todo esto tienen la culpa “celebrities” con las instantáneas que suben a diario al istagram. Las responsables de cambiar estos conceptos patriarcales, somos las mujeres, queriendo nuestro cuerpo tal como es y mostrándolo sin obsesiones ni búsqueda de tallas perfectas.
Articulo escrito para El Progreso de Lugo, 9 marzo 2019