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LA PERDIDA DE LA PAREJA POR IMPACTO

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Tras el fallecimiento de un compañero de vida se debe comenzar un proceso de aceptación sin reprimir las emociones

Perder a un ser querido en cualquier circunstancia es una de las experiencias más duras que puede experimentar una persona; sea por enfermedad, accidente o un suicidio, peor aún si la causa es de manera repentina, entonces se presentará un desafío profundo e inmensamente complejo para los que quedan, en ese momento comenzará un proceso de duelo repleto de dificultades para comprender lo que sucedió, sobre todo en aquellos casos donde la causa de fallecimiento es impactante, porque se liadará con el trauma, será fácil que te cuestiones: “¿y por qué tuvo que ser así?” “¿se podría haber evitado?” “¿qué pude haber hecho que no hice?” …

En un fallecimiento ya esperado puedes darle sentido a la situación y prepararte emocionalmente durante el tiempo previo que ya conozcas el resultado, eso en la teoría, luego ya se sabe que no siempre se suele encajar bien, sabemos que el fin de la vida está en la muerte, pero la gran mayoría de la humanidad no acaba todavía por entenderla.

En las pérdidas inmediatas se instauran emociones y pensamientos que van desde la tristeza, a la culpa, pasando por, sentir ira y miedo, sobre esto es de lo que vamos a tratar el artículo de hoy para saber aceptar la pérdida de un compañero de vida.

La Culpa

El duelo se trata de una respuesta normal-adaptativa que se manifiesta en forma de angustia y sufrimiento.

Consta de diferentes etapas, estas serían: shock, negación, ira, tristeza hasta llegar a la aceptación. No todo el mundo experimenta todas estas fases ni en el mismo orden. El problema que realmente hace que se eternice un duelo es cuando se siente una gran culpabilidad por no haber podido evitar el suceso, no darse

cuenta antes de lo que podía pasar o porque uno mismo es el que sigue vivo y se murió la persona que más quieres.

Esa culpa es la que hace que no tengas interés por nada, pierdas el apetito y te cueste dormir, que no puedas tomar decisiones, que solo tengas ganas de llorar, te duela la cabeza, y sientas que te ahogas porque tienes mucha ansiedad, si acudes a tu médico de cabecera, te recetará antidepresivos, algo que tapará más esa emoción reprimiéndola y no solventándola, costando entender que te pasa y lo peor, no podrás aceptar este terrible suceso.

El dolor y el amor deben coexistir juntos en la perdida que forma también parte de las personas que te rodean

¿Es bueno, normal o malo?

Necesitamos clasificar lo que nos pasa, y que alguien externo nos lo indique, en una situación de este tipo, se necesita sobre todo tiempo y paciencia para asumirlo, al ritmo y circunstancias de cada uno, no existe un tiempo que se considere como bueno, o más normal para decir que la tristeza pasará o si es muy malo para ti, si llevas 2 años sin levantar cabeza porque no consigues superar la muerte de tu pareja. Podrás volver a encontrar las ganas de vivir según aceptes que en tu vida, ya no estará físicamente esa persona y te puedas centrarte en poder encontrar nuevas ilusiones.

Cuando sufres por la muerte de la pareja todas las emociones negativas que experimentes son normales, el dolor hay que vivirlo para dejarlo ir. Tener una red de apoyo es vital: contar con buenos amigos y familiares, y si sientes mucho sufrimiento y ves que no puedes solo, pide ayuda psicológica.

Elaborar el duelo es importantísimo y fundamental, sin tener que presionarse por la duración

Lecciones de vida que aprendes

Cuando superas una pérdida tan impactante, es cuando por fin aprendes a aceptar la vida sin esa persona y con ello obtienes lecciones de vida muy valiosas como las siguientes:

– Valoras cada segundo que pasas con la gente que te importa

– Demuestras amor a aquellos que respetas y quieres

– Relativizas los problemas, diferencias lo grave de lo que tienen solución

– Sabes realmente quienes son tus amigos (los que están a tu lado en los momentos duros)

– Agradeces lo vivido junto a tu ser querido el tiempo que compartisteis juntos, le recuerdas con amor

-Intentarás ser la persona que tu pareja querría que fueras.

El calendario del luto

En un proceso de duelo tendrás momentos en los que puedas reír, bailar, disfrutar y la sensación de no saber cómo puedes seguir viviendo sin esa persona, y es normal.

Antiguamente se vestía con color negro, que simbolizaba el respeto que se tenía por el difunto, este color es la ausencia de luz. Tribus ancestrales creían que el alma de los fallecidos podía salir del cuerpo e introducirse en los vivos, se pintaban de negro para esconderse. Eso se va trasformando con el tiempo en vestir de negro, en tiempos del Imperio Romano, que se vestían con la toga pulla o toga sórdida, hecha de lana de color negro. Sin embargo, la costumbre de vestir de negro en los funerales se institucionalizó en el siglo XVI gracias a los Reyes Católicos, que promulgaron la pragmática de luto.

En todo proceso se debe entender que existe un calendario de fechas señaladas (aniversarios de bodas, navidades, vacaciones, cumpleaños, etc.) que harán sentir esa pérdida con más tristeza, y creer que se retrocede en el duelo, por volver a estar más triste, pero esa sensación forma parte del proceso. El calendario de fechas señaladas, pone aún más en evidencia esa ausencia, porque se realizan esas celebraciones solos sin la pareja. El duelo es un proceso que no es lineal, debes escucharlo y permitirte expresar todo lo que que sientes desde el corazón.

Artículo escrito 15 marzo 2025 para El Progreso de Lugo

PODER DECIR ADIOS

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¿Cómo puedes afrontar un duelo por la muerte de un ser querido en tiempos de covid-19?

Despedir a quien fallece es un rito cultural en nuestra civilización, pero también es una de tantas cosas que el coronavirus ha alterado, y todo este confinamiento, para frenar los contagios que impedía el acompañamiento a los enfermos, acudir a funerales o ir actos públicos, ¡nos ha destrozado a todos!

Hacer una despedida significa querer decir algo que no hemos dicho antes, o hacer lo que no hemos podido hacer con los demás, y abrazar a los que no hemos abrazado, ¿Cómo la puedes hacer de esta forma donde no puedes ver o tocar a tu fallecido ni a tus seres queridos? Y además ¿cómo se puede aprender a vivir con quién siempre echaras de menos?

Un duelo «patologico» aparece cuando es difícil de superar esa despedida que se acaba desarrollando a lo largo de los años sino aceptemos lo sucedido.  Además, a las muertes por el coronavirus se suman también las de aquellas personas que diariamente pierden la vida por causas naturales u otras enfermedades pero que están sujetos a las mismas restricciones donde existe un “duelo desautorizado” que te impide hacer lo que te gustaría en circunstancias normales, que es despedirte con poder ver, tocar y abrazar.

Esto puede suponer que sientas: miedo, insomnio, angustia, rabia y mucha impotencia para los familiares y los propios enfermos, que se ven aislados alejados de los suyos.

El contacto, sabemos que es vital para cualquier recuperación y en esta ocasión, existe una gran privación de este derecho.

El reconocimiento

Un funeral es como un rito de reconocimiento para el que se va de este mundo, además de servir de apoyo social para la familia o seres queridos del fallecido. De esta forma tienes contacto con la muerte, y te ayuda a similar esa despedida que es esencial para garantizar un tiempo de duelo saludable, que puede durar de uno, a dos años.

Saber cómo acompañar en este momento de la despedida es muy importante del mismo modo de lo que es cuando sabes que un ser querido se va a morir.

El ritual de despedida, es decir una ceremonia, tiene una gran importancia en el proceso de elaboración y para poder aceptar una perdida. Ya que posibilitan la oportunidad de conectar con la realidad de la pérdida y cumple una función social de compartir ese dolor con las personas que han conocido y quieren al fallecido. Se sabe en terapia que aquellas personas que no han estado presentes en un funeral o no han podido compartir los últimos días con la persona fallecida, sienten más complicado aceptar ese suceso y por lo tanto superar el duelo a la larga.

Necesitamos participar de esta experiencia para marcar el comienzo del duelo y dejar latente de ese dolor para creernos que esa persona no volverá a nuestro lado.

Recuerda que esa persona siempre estará en tu corazón con su recuerdo y momentos compartidos.

Aceptar lo sucedido

La muerte sea inesperada o de alguna manera, prevista de un ser querido supone un gran impacto emocional intenso. La pérdida deja muchos cabos sueltos, asuntos pendientes, palabras no dichas, arrepentimientos y la desesperación de no haber podido dicho un adiós, si es el caso de no poderte despedir.

La despedida es un acto de aceptación de lo ocurrido y simbólicamente representa el hecho de ser consciente de la muerte del ser querido.

Cualquier suceso desagradable en nuestra vida; un despido de trabajo, una ruptura amorosa, la pérdida de un nivel de vida, es un proceso de duelo, por todos estos motivos, plantear algún tipo de rito de despedida simbólico, puede suponer un avance en la elaboración del duelo.

Cada persona debe buscar la forma de conocer sus ritmos y propios procesos, por lo tanto saber cómo aprender a aceptar lo sucedido es el paso fundamental para sanar cualquier sufrimiento ocasionado por el duelo de perder a un ser querido.

Algunas recomendaciones para aprender a aceptar ese duelo son:

  • Permítete llorar, recordando a esa persona que has perdido y lo que significa para ti, sin reprimir ningún sentimiento.
  • Recuerda que nada dependía de ti. Se consciente de las limitaciones sanitarias actuales debidas a la pandemia mundial.
  • Si no puedes homenajear al fallecido como se merece lo harás más adelante.
  • Conéctate con quienes quieres, aunque sea de manera virtual comparte tu pena y tu dolor.
  • Pide ayuda profesional si no puedes solo, reconoce tu vulnerabilidad.

Cómo hacer una despedida simbólica

Elaborar una despedida simbólica puede organizarse desde: ir a un lugar que sea representativo tuyo y de quien ha fallecido, plantar un árbol, o dedicarle unas palabras por escrito, etc. Debe tener sentido para ti mismo y para todo el que comparta ese “funeral”. Pregúntate: ¿Qué quiero o queremos simbolizar con esa despedida? ¿De qué mejor manera nos podemos despedir?

Si no has podido acompañar en los últimos momentos a la persona que quieres en su momento final, procura tener contacto con las personas de su entorno y entre todos expresar como os sentis y acompañaros.

Evita centrar tus pensamientos en el día de la pérdida después de hacer esa despedida como retroceder en tu máquina del tiempo mental hacia esos instantes de cariño compartido, a esos instantes de felicidad e ilusión constantemente. Esa persona sabía que la querías, y si no se lo dijiste lo suficientemente seguro que se lo mostraste con muchos detalles.

Todas las fases de un duelo implican dolor y resultan muy complicadas.

La aceptación de que no se vas a volver a ver a una persona a la que has querido muchísimo es durísima, pero quizás aprender a vivir sin el ser querido, cuesta aun más. Si has tenido una relación conflictiva con la persona que has perdido, puedes tener sentimientos contradictorios.

Algo fundamental para superar el duelo es tener apoyo emocional, tener a tu lado quien te acompañe, quien te ayude a expresar lo que sientes, y que sepa como distraerte, quien te ayude a retomar tu vida y que ésta tenga sentido para ti.

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