¿Qué puede empujar a un matrimonio a buscar sensaciones novedosas y convertirse en swingers?
La educación sentimental a la que estamos acostumbrados se basa en conceptos: hay que tener intimidad con responsabilidad además de una marcada territorialidad, exclusividad y monogamia. No todo el mundo está preparado psicológicamente para ver a su pareja retozar con otro sujeto.
Es usual que cada vez más personas acuden a consulta comentando como pueden convencer a sus parejas para que puedan ir ambos a un intercambio.
Aquellas parejas o relaciones que buscan tener intercambios sexuales con otras personas, a la vista de los demás, tienen un pie dentro y otro fuera del compromiso, no se lanzan de lleno a lo que significa ser leal o fiel y que seguramente en su infancia han sido maltratados por sus progenitores.
No es difícil sacar esta conclusión ya que, se supone que un padre o madre deben quererte y cuidarte_ cuando esto no es así, desarrollas las relaciones de pareja con el temor de que te la jueguen_ frente a esto ¿te preparas para salir huyendo hacia cualquier parte?. Cuesta confiar del todo en alguien no vaya a ser que te traicione, de esta manera, tienes a alguien de reserva, ¿te planteas un intercambio por esto?.
Pero, cuestiónate: ¿qué es una relación de pareja?, se supone que es un acuerdo entre dos seres que deciden acompañarse en un plano personal, íntimo, apegado a valores y objetivos comunes. Partiendo de esta premisa se supone que debéis estar de acuerdo en la mayor parte de los pasos a seguir y más si afectan de lleno la estabilidad de la pareja, sino, ya no seríais pareja, seriáis otra cosa: compañeros, amigos, colegas, etc.
¿A quién le interesa más este tipo de prácticas? A las personas que sienten la necesidad de mantener una vida sexual más activa y les gusta la diversidad, sin que esto implique romper su relación de pareja.
¿Cómo surge esa idea? Pues porque tienen más imaginación sexual, deseo de reinventarse constantemente o ser muy curioso o mas adicto al sexo
Combinaciones posibles
¿Qué sucede cuando tú quieres participar y tu pareja no o tú no quieres y tu pareja es quien te lo propone?. Las combinaciones posibles en este intríngulis pueden ser:
1. Tú quieres. ¿Cómo deberías empezar una conversación para proponérselo?
- Busca un momento tranquilo, y después de decirle lo que te hace sentir y lo bien que estáis juntos, pregúntale; ¿qué opinas de los intercambios? ¿Qué te parecería probar con personas diferentes?, dejando claro que solo lo harías si fuera un placer compartido y donde ambos jugarais las mismas reglas, dándoos prioridad en todo el momento. Si quieres ser más sutil, ponle películas sobre el tema o tráele artículos para leer juntos, luego hablar sobre eso.
- Estén preparado para aceptar sus miedos, dudas, o posible cabreo, se amable e intenta ponerte en su lugar. Es algo que se puede comentar en varias conversaciones o darse un tiempo para reflexionarlo. No tienes porque llevar nada claro del primer día de conversación.
- Se ha negado, y te ha dicho que nunca jamás haría algo así y es más, se ha enfadado. Explícale como te sientes pero que es más importante la relación que tienes con esa persona, déjale claro tus intenciones y compromisos. Podéis innovar sexualmente entre los dos más prácticas donde reavivar esa pasión, buscar una salida juntos y déjale claro que no debe temer un engaño por tu parte.
2. Tu pareja quiere. Pero tú no estás dispuesto
Tú no te ves, tocando teta ajena o pene de un desconocido, dile calmadamente lo que opinas pero déjale que te exponga sus razones, que te diga cuáles son sus deseos, si solo es una fantasía de un día o quiere que se convierta en algo habitual. ¿Qué le hace falta y tu no le das?. Abre tu mente, sé generoso, incluso estén preparado para escuchar cosas que no te gusten, no te enfades.
3. Uno quiere y el otro accede por temor a perderlo.
Esta posibilidad es la más peligrosa, puesto que hacer algo de lo que no se está muy convencido acaba pasando factura y rompiendo la relación. Pueden entrar en juego, celos y comparaciones.
4. Ambos queréis.
Es la mejor opción y donde podéis poner las mismas reglas para disfrutar ambos de esta experiencia.
¿El corazón no juega?
Se parte de la base que es un tema puramente sexual.
Para muchas personas tener relaciones intimas se asocia a sentir afecto por con quien te relacionas, ya que va implícito; deseo, caricias, placer y eso forma parte de la fantasías de quien te desea o te ama.
Un swinger de alguna manera busca una utopía, conseguir una autentica relación explosiva sexual, química, entendimiento e incluso afecto, eso que nunca tuvieron y como no lo encuentran tienen que repetir con múltiples personas.
Normas para jugar
Decidís comenzar una experiencia swinger, pues bien, aquí unos consejillos prácticos:
- Pactad las normas de los encuentros con otras personas. Si solo lo haréis si ambos estáis con otras personas o si podéis hacerlo si uno solo quiere y el otro no. ¿Solo tontear o se puede tener sexo? ¿Qué tipo de prácticas sí o no? ¿Se puede repetir con la gente o no?
- El lugar, ya sea un club, grupos de swingers o con gente particular, existe una oferta varia donde buscar con quien relacionarse.Internet, en páginas web o diversas redes sociales, son lugares donde puedes escoger el donde y el cómo.
- Poneros de primeros uno al otro. Tener un pacto de señas o códigos para entenderos sin hablar. Al terminar hablar siempre como os sentís y que queréis hacer con esa experiencia, si dejarla en una anécdota, si utilizarla como juego o fantasía sexual para los dos en vuestros encuentros íntimos o nunca volver hablar de ello.
El sexo en el intercambio debe ser un complemento nunca una prioridad.
Articulo escrito para La Voz de Galicia. Edición Lugo, 15 marzo 2019