¿Cuántas veces has querido alcanzar algo en la vida, tener una pareja, ahorrar dinero o tener estabilidad y no lo has conseguido?
Quizás tus “fracasos” se deban al autosabotaje que te haces mentalmente y no a la mala suerte como creías. En este artículo pretendo abrirte los ojos del porque te sucede este tormento y lo que tienes que hacer para sanar esta herida que ha surgido por haberte sentido abandonado en tu infancia.
Las ausencias
Vamos a la deriva cuando no encontramos un sentido a nuestra existencia, o no nos gusta nuestro trabajo, igual que si de niño sentiste la ausencia de tu madre o padre, porque te maltrataba, o porque tu progenitor estaba enfermo, era alcohólico o no te prestaban atención. Si no te sientes amado en la infancia, te acarreará muchas insatisfacciones de adulto, y ese trauma hará que no seas capaz entre otras cosas de establecer relaciones estables de pareja, porque desconfiarás de sus intenciones, arrastrarás rabia o tristeza, que no sabrás como expresar y lo peor, meterás la creencia en tu mente de que no puedes ser feliz, amado o que no merece la pena luchar por tus propios sueños porque no te permitirás tenerlos.
Establecerás vínculos buscando la aprobación y el reconocimiento, o sintiendo que das más que recibes. Y esa huella se reactivará cada vez que te sientas: no escuchado, no entendido, no valorado, no mirado, no tocado o no amado y te paralizarás de nuevo.
Identifica cómo te autosaboteas
- Existen tres mecanismos de defensa muy típicos, y son estos:
La primera es el “engaño” que te haces cuando valoras de forma equivocada tus fortalezas y debilidades, lo que puedes llegar a conseguir o lo que temes, eso hará que tomes decisiones inadecuadas. De esta manera te impondrás metas inalcanzables o te creerás a veces que eres “muy guay” cuando no corresponde, o que no vales nada de cara a los demás, aunque tus resultados digan lo contrario.
La segunda es “etiquetar” de forma pesimista todo lo que te rodea, porque solo piensas negativamente sobre ti mismo y los demás, y eso limitará tus éxitos.
Y la tercera, es el “autoabandono”, donde no darás prioridad a tus necesidades y te descuidarás emocional y físicamente (no sabrás poner limites a los demás, dejarás de mimarte, asearte, serás desordenado o impaciente,etc).
· Además, con estas 4 estrategias de justificación te darás cuenta cómo te proteges del fracaso:
- Empiezas mil cosas y las dejas a medias, o las abandonas con cualquier excusa. Si no acabas nada no tendrás la posibilidad de fracasar, ni de saber si eres capaz de lidiar con el éxito, pero tampoco conocerás el placer de conseguir tus objetivos y de demostrarte a ti mismo si eres competente o valido.
- Procastinas, si dejas todo para después y no te esfuerzas lo suficiente, siempre podrás echar la culpa a que no has invertido suficiente tiempo y esfuerzo, no vaya a ser que si dedicaras toda tu atención y amor a un proyecto o relación, y no saliera bien, si descubrieras que el fallo esta en ti, no lo soportarías.
- Eres perfeccionista, o lo haces todo impecable o no lo haces, y eso te acaba estresando. Y esto lo solucionas de la siguiente manera: atreverte a correr los riesgos que surgen en tu momento presente sean como sean y permítete ilusionarte escuchando tus deseos, esos que brotan del corazón.
- Vas de Don/Doña excusas, repites frases como: “ya tengo una edad para no hacer determinadas cosas”, o “no tengo tiempo, o dinero para hacer tal tarea, etc”, todos esos límites te los pones tú. Debes de hacer de tu objetivo tu prioridad y dejarte de tonterías.
Si de das cuenta que tienes todos esos comportamientos anteriormente citados, pregúntate; ¿por qué me comporto así y qué estoy sacrificando? ¿si no tuviera miedo y supiera que no voy a fracasar, qué haría?
¿Cómo sanar?
La herida del abandono puede sanarse al empezar a quererte y ser capaz de perdonar ese pasado que arrastras, y cortar como quien corta el hilo que te une a cada una de esas personas que te han provocado esa sensación de ausencia a lo largo de tu vida, y sobre todo tus papas. El desbloqueo se produce cuando hacemos consciente esta parte de nuestro inconsciente que nos está machacando, cuando rompemos creencias, y cuando nos permitimos vivir en paz con el pasado. Al detectar y transformar recuerdos traumáticos de la infancia se puede liberar la mente y encontrar el alivio emocional.
El autosabotaje es el grito de un conjunto de emociones reprimidas y no aceptadasacerca de ti mismo que has ido adquiriendo con gran fuerza desde esa herida que se ha formado en tu inconsciente. Es la parte más oscura de ti que ha tomado el control de tu vida y es en quien te has convertido. Todos esos comportamientos tan limitantes surgen para que te pares a mirar dentro de ti y modificar lo que no te hace feliz.
Algo tan esencial como aprender a cuidar de ti mismo, de priorizarte cada día para desconectarte poco a poco de la ira y del resentimiento de tu infancia, te permitirá dejar de ser cautivo de las heridas del ayer.
El autosabotaje te ha servido como un mecanismo de defensa para evitar el abandono y rechazo de tu madre.
Podrás pensar inconscientemente: «No puedo ser totalmente feliz o exitoso si mi madre está sola, triste, amargada, etc.» Este es el punto de vista del niño o niña, que aún habita en ti, ese que aún piensa que su supervivencia depende del bienestar de su mama y que ésta le ha hecho creer que debe complacerla en todo por siempre. Lo que debes superar es sobrevivir a ese abandono y rechazo, sea real o simbólico, dejando de complacer a los demás, y buscando siempre la aprobación externa.
Separa tu vida de antes a la de ahora, en tu infancia necesitabas la aprobación de tus progenitores para sobrevivir, pero ahora de adulto eres capaz de atender tus ilusiones tú solito, aunque no contenten a todo el mundo. Al apropiarte de tu valor interno debes estar dispuesto a ser malinterpretado, ignorado por los demás, pero sentirte siempre seguro y amado por ti mismo. Cuando te sanas puedes disfrutar de todo lo que reposa en tu interior que es ilimitado.
Articulo escrito para El Progreso de Lugo, sábado 7 diciembre 2019.
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