Cuando ya has pasado por amores y desamores, varios y te consideras maduro, cualquiera no te va hacer “tilín” en “cero coma” segundos, ya no eres presa fácil para enamorarte o querer lanzarte a la piscina sin flotador. Te piensas muy mucho las cosas, porque no quieres pasar por la 567 vez en tu vida, mal.
Imagínate que sin darte cuenta te empieza a gustar un amigo o amiga, alguien que lleva poco tiempo en tu vida o quizás lleva tiempo ahí pero no te has fijado de esa manera hasta ahora, te preguntas: ¿será porque me siento solo y solo busco mimos en quien más cerca tengo?.
Tienes claro que te atrae esa persona, que te pones nervioso a su lado, que te pasa el tiempo volando, aunque dudas si solo te pasa a ti, ¿Debes romper el hielo y pasar esa frontera de ser “solo amigos” y decirle lo que sientes o deseas? .
Te asaltan muchas dudas y piensas: ¿y si no soy correspondido? ¿y si todo se estropea? ¿y si solo tengo ganas de tener sexo porque hace tiempo que no hago?.
Miedo a meter la pata
Primero, tómatelo con calma, al menos sois amigos.
Segundo, como ya pasas de cierta edad, partiremos de la base que posees la suficiente inteligencia emocional como para ser honesto y saber lo que quieres en la vida, aparte de lo que buscas en las relaciones de pareja, ya sabes por dónde has pasado y por donde no quieres volver a pasar. Tienes claro que no quieres hacer el ridículo ni meter la pata, no quieres amores no-correspondidos, ni perder el tiempo. A lo mejor la otra parte no está interesada en ti, como “posible” pareja y solo quiere de ti amistad.
Tercero, puedes conformarte con lo que tienes, ¡ese buen rollo! porque compartís aficiones, o trabajáis juntos, y tenéis conversaciones que no podéis hablar con nadie más porque navegáis en la misma frecuencia, frente a esto, cuestiónate: ¿crees que funcionaria una relación de pareja con esa persona?, ¿la conoces lo suficiente como para saber cómo podríais encajar?.
Cuarta, investiga si sois compatibles, si tenéis intereses, valores, gustos en común, si queréis el mismo estilo de vida, ¡mira bien todo esto antes de lanzarte!, no dejes que un impulso pasional pueda estropear una relación que quizás su razón de existir, sea tan solo acompañarte un tiempo de vida, como amistad. Una cosa que se aprende con la madurez es tener serenidad pero también a centrar tus energías en aquello que tenga posibilidades de aportarte positividad para ti.
Impúlsate
Cuando aclares lo que sientes, sea algo profundo o tan solo atracción, díselo al que origina tal remolino emocional. Lo que debería diferenciarte de cuando eras inexperto emocionalmente (ósea en la adolescencia) es que ahora debas ser coherente y maduro, puedes hablar sin tapujos de lo que te hace sentir esa persona; si solo hay atracción y necesitas buen sexo con alguien cercano, si solo quieres mimos y arrumacos o quizás ya se verá si puede nacer una pareja de ahí, con una buena proyección de futuro.
Se franco, directo. ¿Cuántos años te quedan por vivir? ¿Cómo quieres que sean? ¿Quieres esperar a que te sucedan cosas? O ¿quieres impulsarte para que te pasen?
Me gustas mucho
Llegas a la conclusión de que no es un capricho, y que piensas a cada momento en sus defectos, en sus oscuridades y por supuesto que ese ser, da un sentido a tu vida especial y que tenerlo cerca, te hace ver la vida de mejor manera.
Sé directo, y sin miedos, dile “que te gusta muchísimo”, “que te encanta”, ser sincero es lo más honesto que puedes hacer por ti, es una gran estrategia llena de verdad.
Respira hondo y entregarte a ese momento de confianza, será el arma definitiva para ser el dueño de tus destino.
Articulo escrito para La Voz de Galicia. Edición Lugo, 1 marzo 2019
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